Entre estos últimos trabajos recibí un nuevo encargo: el tocado para una novia, pero no he querido hacer esta entrada hasta que no hubiera pasado la boda, para que nadie pudiera verlo antes del día.
La novia lo tenía muy claro: lo quería hecho a mano, nada de los típicos de tela, perlitas, etc., y a base de pequeñas flores y hojas hechas de algún tipo de pasta, y en colores blanco y rosa pálido.
Hice algunas pruebas con pasta de miga de pan y pasta de papel, pero el resultado era un poco basto; probé también a hacerlas con pasta de sal, pero el grosor que había que dejar para que no se
rompieran, era mayor del que yo había imaginado...
Al final me decidí y compré una pasta de porcelana fría ya preparada (resulta difícil ya encontrar el porcelanizador que antes utilizaba al hacer las masas), con la que se puede trabajar estupendamente y se consigue una gran finura en el acabado.
Me puse manos a la obra, y como la novia me había enviado algunas fotos orientativas de lo que quería, tampoco tuve que inventar demasiado; sólo seguir sus indicaciones... Bueno, me permití algunas licencias: intercalé tres o cuatro florecitas en un rosa más oscuro, y las hojas no las hice ni en verde ni en blanco, sino en un dorado pardo, con lo que el resultado a mí me pareció más sobrio.
A la novia le gustó en cuanto lo vio y se mostró encantada del resultado.