jueves, 28 de julio de 2016

Un tocado nupcial

Entre estos últimos trabajos recibí un nuevo encargo: el tocado para una novia, pero no he querido hacer esta entrada hasta que no hubiera pasado la boda, para que nadie pudiera verlo antes del día.
La novia lo tenía muy claro: lo quería hecho a mano, nada de los típicos de tela, perlitas, etc., y a base de pequeñas flores y hojas hechas de algún tipo de pasta, y en colores blanco y rosa pálido.
Hice algunas pruebas con pasta de miga de pan y pasta de papel, pero el resultado era un poco basto; probé también a hacerlas con pasta de sal, pero el grosor que había que dejar para que no se
rompieran, era mayor del que yo había imaginado...


Al final me decidí y compré una pasta de porcelana fría ya preparada (resulta difícil ya encontrar el porcelanizador que antes utilizaba al hacer las masas), con la que se puede trabajar estupendamente y se consigue una gran finura en el acabado.
Me puse manos a la obra, y como la novia me había enviado algunas fotos orientativas de lo que quería, tampoco tuve que inventar demasiado; sólo seguir sus indicaciones... Bueno, me permití algunas licencias: intercalé tres o cuatro florecitas en un rosa más oscuro, y las hojas no las hice ni en verde ni en blanco, sino en un dorado pardo, con lo que el resultado a mí me pareció más sobrio.
A la novia le gustó en cuanto lo vio y se mostró encantada del resultado. 

miércoles, 27 de julio de 2016

Restauración de una tinaja de barro

Al poco tiempo, mi primo me trajo la tinaja rota de un amigo para ver qué se le podía hacer... El barro cocido es muy difícil de pegar, porque tras la cocción se vitrifica, y lo más importante es que las uniones no se noten, por lo que el pegamento no puede ser muy espeso.
Estuve investigando un poco por la red y las soluciones eran muy similares: o pegamento a base de vinilo, o pegamento epoxi. Al final, yo probé con una mezcla al 50 % de cola blanca de carpintero y cola de conejo (que había disuelto en agua el día anterior), con lo que conseguí una mezcla bastante líquida que parecía tener buen agarre. Limpié muy bien todos los bordes de las piezas rotas y con un pincel fui humedeciéndolos, esperando que el pegamento penetrara un poco en la porosidad del barro, y fui uniendo los trozos con paciencia y esperando un poco mientras hacía presión...

Antes de la reparación
La dejé reposar toda una noche y al día siguiente comprobé que estaba perfectamente pegada. Por supuesto, no hay que arriesgarse a cogerla por los bordes pegados, sino por la parte de abajo que no llegó a romperse, pero comprobé que podía agarrarla, moverla y girarla, y permanecía perfectamente pegada.
Las uniones se notaban un poco, pero no mucho porque el pegamento era muy fluido. Entonces preparé una mezcla con yeso blanco, cola de carpintero y añadí pintura intentando conseguir un tono parecido al original, tape con cuidado las grietas con ayuda de una pequeña espátula, esperé a que secara y lijé.
El resultado yo creo que es bastante aceptable, también porque tuve la suerte de que la tinaja era de un acabado basto, con distintos tonos, como si hubiera estado enterrada, o le hubieran reparado antes algunas imperfecciones. No sé si este acabado era buscado o que el recipiente es antiguo y rescatado de alguna tienda de antigüedades, pero lo importante es que yo creo que ha quedado bastante bien, y que puede seguir utilizándose para decorar, que era la función que desempeñaba antes de romperse.

El trabajo terminado



Personalizando camisetas

Con la llegada del verano, revisando armarios, me encontré con algunas camisetas de estas básicas de Zara y pensé darles algún toque personal... Busqué alguna frase original en inglés, algunos dibujos, ideé alguna otra frase, tipos de letras..., y ¡manos a la obra!.
Plantillas de acetato para el estarcido, un poco de pintura para tela, y ya tengo camisetas para la playa, la piscina... 
Aquí os dejo algunas.